Fuente: Realizado por ex integrante de UAFRO
También intervinieron el vicepresidente de Colombia, Angelino Garzón, el secretario general iberoamericano, Enrique Iglesias, y altos funcionarios de organismos de la ONU.
Además de la creación del fondo, en la reunión también se acordó instaurar un observatorio de datos estadísticos sobre afrodescendientes en América Latina y el Caribe, que compilará datos sobre la población negra en la región que contribuirá al desarrollo de políticas públicas.
La declaración propuso celebrar en la región una década dedicada a los afrodescendientes, que englobaría iniciativas contra el racismo y en favor de la inclusión de los negros durante los próximos diez años.
De forma simbólica la declaración incluyó la propuesta de nombrar a la ciudad de Salvador “capital iberoamericana de los afrodescendientes”.
En el encuentro también se elaboró un segundo documento denominado Carta de Salvador, que recogió una larga lista de principios y recomendaciones para mejorar el acceso de los negros a la educación, la justicia y los cargos públicos, así como medidas para eliminar la discriminación y el racismo.
La Carta urgió a los Estados a proteger a los jóvenes negros que viven un “genocidio” por la violencia derivada de la pobreza y también denunció las prácticas de intolerancia religiosa y el desprecio a la cultura africana.
En el plano político se sugirió constituir un foro permanente de afrodescendientes en Naciones Unidas y también se propuso la fundación de un centro de memoria histórica para preservar el recuerdo de la esclavitud.
El titular de la SEGIB incidió en la necesidad de superar la exclusión y la desigualdad entre las razas, a la vez que se erradica el racismo, que según él es un sentimiento “muchas veces incorporado a la sociedad”.
“El mestizaje es el mayor activo social de América Latina y el Caribe, debe ser reconocido con una mirada al pasado, al presente y al futuro”, sostuvo Iglesias, al concluir el encuentro, que reunió a cerca de 2.000 académicos, políticos, gestores y activistas desde el pasado jueves.
La presidenta brasileña dijo en la ceremonia que todavía hoy se sufren las “consecuencias dramáticas” de la esclavitud, como la “invisibilidad” de los pobres, la miseria, la violencia, la discriminación y el racismo.
“La pobreza en Brasil tiene cara negra, femenina y muchas veces infantil. Rescatar esas poblaciones es un objetivo esencial de mi Gobierno”, afirmó Rousseff, quien defendió la aplicación de medidas de discriminación positiva y de redistribución de la riqueza.
En la misma línea, el presidente de Uruguay, José Mujica, anunció que su Gobierno va a beneficiar a los negros con medidas de discriminación positiva en el sistema educativo a partir del año que viene.
”Que ningún negro, ningún hombre o mujer que traiga en sus venas sangre africana se quede sin educación de calidad”, afirmó Mujica, que consideró que nunca se podrá pagar la deuda histórica con la población originaria de África.
El mandatario de Cabo Verde, Jorge Carlos Fonseca, hizo hincapié en la importancia de la defensa de la libertad religiosa y cultural como parte de la promoción de la igualdad racial.
“No podemos olvidar que las mayores violencias relacionadas con el racismo son contra la cultura y la religión de los afrodescendientes”, afirmó Fonseca.
La Secretaría General Iberoamericana (SEGIB) gestionará fondo de los países iberoamericanos para la reparación histórica a la población negra.
Los países iberoamericanos acordaron el 19 de noviembre la creación de un fondo con aportaciones voluntarias para financiar proyectos dedicados a la preservación cultural africana y que servirá de reparación histórica a la población negra.
El fondo será gestionado por la Secretaría General Iberoamericana y financiará proyectos culturales africanos y de memoria histórica, según se recogió en una declaración firmada en la clausura del Afro XXI, reunión que citó en la ciudad brasileña de Salvador (Bahía) a cuatro presidentes y altos representantes de 16 países latinoamericanos y africanos.
En la ceremonia, celebrada con motivo del Año Internacional de los Afrodescendientes, participaron los jefes de Estado de Brasil, Dilma Rousseff; Uruguay, José Mujica; Guinea, Alpha Condé, y Cabo Verde, Jorge Carlos Fonseca; el primer ministro de San Vicente y las Granadinas, Ralph Golsalves.También intervinieron el vicepresidente de Colombia, Angelino Garzón, el secretario general iberoamericano, Enrique Iglesias, y altos funcionarios de organismos de la ONU.
Además de la creación del fondo, en la reunión también se acordó instaurar un observatorio de datos estadísticos sobre afrodescendientes en América Latina y el Caribe, que compilará datos sobre la población negra en la región que contribuirá al desarrollo de políticas públicas.
La declaración propuso celebrar en la región una década dedicada a los afrodescendientes, que englobaría iniciativas contra el racismo y en favor de la inclusión de los negros durante los próximos diez años.
De forma simbólica la declaración incluyó la propuesta de nombrar a la ciudad de Salvador “capital iberoamericana de los afrodescendientes”.
En el encuentro también se elaboró un segundo documento denominado Carta de Salvador, que recogió una larga lista de principios y recomendaciones para mejorar el acceso de los negros a la educación, la justicia y los cargos públicos, así como medidas para eliminar la discriminación y el racismo.
La Carta urgió a los Estados a proteger a los jóvenes negros que viven un “genocidio” por la violencia derivada de la pobreza y también denunció las prácticas de intolerancia religiosa y el desprecio a la cultura africana.
En el plano político se sugirió constituir un foro permanente de afrodescendientes en Naciones Unidas y también se propuso la fundación de un centro de memoria histórica para preservar el recuerdo de la esclavitud.
El titular de la SEGIB incidió en la necesidad de superar la exclusión y la desigualdad entre las razas, a la vez que se erradica el racismo, que según él es un sentimiento “muchas veces incorporado a la sociedad”.
“El mestizaje es el mayor activo social de América Latina y el Caribe, debe ser reconocido con una mirada al pasado, al presente y al futuro”, sostuvo Iglesias, al concluir el encuentro, que reunió a cerca de 2.000 académicos, políticos, gestores y activistas desde el pasado jueves.
La presidenta brasileña dijo en la ceremonia que todavía hoy se sufren las “consecuencias dramáticas” de la esclavitud, como la “invisibilidad” de los pobres, la miseria, la violencia, la discriminación y el racismo.
“La pobreza en Brasil tiene cara negra, femenina y muchas veces infantil. Rescatar esas poblaciones es un objetivo esencial de mi Gobierno”, afirmó Rousseff, quien defendió la aplicación de medidas de discriminación positiva y de redistribución de la riqueza.
En la misma línea, el presidente de Uruguay, José Mujica, anunció que su Gobierno va a beneficiar a los negros con medidas de discriminación positiva en el sistema educativo a partir del año que viene.
”Que ningún negro, ningún hombre o mujer que traiga en sus venas sangre africana se quede sin educación de calidad”, afirmó Mujica, que consideró que nunca se podrá pagar la deuda histórica con la población originaria de África.
El mandatario de Cabo Verde, Jorge Carlos Fonseca, hizo hincapié en la importancia de la defensa de la libertad religiosa y cultural como parte de la promoción de la igualdad racial.
“No podemos olvidar que las mayores violencias relacionadas con el racismo son contra la cultura y la religión de los afrodescendientes”, afirmó Fonseca.
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